Cuando Los Hackers Salvaron Venezuela

La fascinante historia de porqué la petrolera estatal PDVSA es la mayor partidaria  del Software Libre en Venezuela se remonta al paro de diciembre del 2002, cuando los ricos y poderosos opositores al presidente Hugo Chávez a cargo de la petrolera decidieron cerrar la empresa, tomando como rehén a todos sus recursos y asegurándose el control de toda su infraestructura de IT (Information Technology).
En ese entonces, la administración de la IT de PDVSA estaba contratada por la SAIC (Science Applications International Corp.), que tenía reconocidas conecciones comerciales y políticas con Dick Cheney, el vicepresidente de George W. Bush, el Departamento de Defesa de los EE.UU. y la CIA.


Durante el paro de las empresas de diciembre del 2002 (conocido como lockout), los trabajadores de la SAIC abandonaron el país, pero antes cambiaron todas las contraseñas y conservaron el control remoto de todos los servidores e n la PDVSA. Eligieron no destruir los datos porque pensaron que regresarían en unos pocos meses, cuando el gobierno de Chávez hubiera capitulado.
De los 4800 administradores de la PDVSA, 200 prefirieron quedarse, y junto con otros menos corruptos decidieron salvar la empresa. Su mayor problema fué justamente la infraestructura informática. Muchos de los servidores de la PDVSA eran servidores Windows que usaban software de base de datos propietarios, como SQL Server.


Eventualmente, y con la ayuda de hackers locales, esos mismos empleados petroleros lograron asegurarse el control de los vitales servidores, salvando así la industria petrolera de Venezuela.


La revolución venezolana es por eso quizás la primera salvada por hackers informáticos, y es por eso que el gobierno de Hugo Chávez está promoviendo tan activamente el uso de Software Libre, principalmente en la administración pública.


El gobierno venezolano no quiere que nunca más una infraestructura vital sea tomada rehén o saboteada por agentes de naciones extranjeras. Y esto no puede ser conseguido con software de código cerrado y propietario, como Windows y su infame backdoor de la NSA (National Security Agency). Aún el software propietario de una fuente confiable es sospechoso de posible adulteración y por lo tanto debe ser rechazado, no sólo por Venezuela, sino también por cualquier nación que desee protejer su propia soberanía.